Y una vez desaparecidos esos enormes dolores de cabeza que perturban la noche, todo se aclara.
El sol vuelve a brillar y lo ilumina todo gratamente.
Que bien se ve todo con una luz distinta!!
Así que nos enfundamos en nuestro traje de superheroe. Nos colgamos el carnet de donante de abrazos.
Y nos ponemos a repartir por doquier, desinteresadamente.
Soplaremos fuerte inundandolo todo de una nube de corazones.
Sonreir, Sonreir!!
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