miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tras la tormenta

Yo estaba durmiendo.
Y él se acercó muy despacio y me dio un beso. Como el que se les da a los niños cuando están durmiendo.
Entonces yo me incorporé y me abracé a él muy fuerte muy fuerte.
Y no le quería soltar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suelta¡¡

No se va, está siempre junto a tí..

Aprende a escuchar. Es todo un arte..