Pienso que estar por afuera no es como estar por las calles y caminar aunque llueva. Para buscarte esta tarde, aunque yo sepa de sobra que nunca llamas. Y que has quedado casi un año como en un desván deshabitado.
Como hiciste cada vez que yo salía. Tus escapadas al cielo, tus vacaciones de lo nuestro.
Reducidos a cenizas, son los problemas de siempre.
Aunque no quieras mirarme, vas a tener que escucharme. No me consuelo con poco. No consigo contenerme, voy a tener que romperte.
Son estos días los que me sacan de quicio. Y te elijo, y te persigo, sin sentido.
(I. Ferreiro)
No hay comentarios:
Publicar un comentario