jueves, 26 de junio de 2008

Dos años

Hoy hace dos años "que te fuiste".
Parece mentira como pasa el tiempo de deprisa. Y todavía ninguno nos hemos acostumbrado.
Te echamos y te echo mucho de menos. Me encuentro mucho mejor pero me está costando superarlo.
Poco a poco el tiempo irá haciendo su trabajo.
Ivan está increíble. Muy grande y muy guapo. Es un niño genial.
Intento hacerlo lo mejor que sé con él. Y espero hacer un gran trabajo en adelante.
Te quiero hermano.

miércoles, 25 de junio de 2008

A Guadalajara a ritmear


Desde luego no podíamos perdernoslo.
Elbicho y Muchachito juntos. Vamos, vamos vamos!!!
Quien no consigue mover los pies con esta peña es que está paralitico perdido.
Así que nos encaminamos para Guadalajara dispuestos a pasarlo cañón.
En un parque superchulo, por el centro en el que estábamos en familia.
Desde luego como se nota que no era Madrid. Ya digo, en familia, cuatro pelagatos y todo el sitio del mundo, que me podía tumbar tanto a lo largo como a lo ancho. Bebida y bocata de panceta, para que no falte de nada.
Mejor que en brazos, estábamos.
Primero Elbicho, al que vimos tranquilamente cantando una tras otra sus canciones, sentaditos en la hierba. En las fotos podéis comprobar que se veía estupendamente. Y si no, pinchar sobre ellas.
Y después apareció Muchachito con su bombo y la Gigoleto con sus metales y ahí ya no aguantamos mas. Y como dice Mom, "niña ponte los zapatos de bailar" y a movernos como descosidos.
Es que son la caña. Es imposible no estarse quieto.
Después de cuatro horitas de concierto, nos volvimos para casita mas a gusto que un arbusto.
Lo pasamos divinamente y nunca mejor dicho, que nos quiten lo bailao.

Elbicho




Muchachito Bombo Infierno


jueves, 19 de junio de 2008

El caballo de Atila

Está claro que debo tener cuidado con los horarios y sobre todo con no saltarme la medicación, de la cual me resiento en su falta.
Se me cambian los bioritmos.
Aunque en opinión de mi terapeuta, esto se debe mas a una cuestión de espacio.
La verdad es que no se. No lo tengo muy claro.
El finde pasado, gente a la que quiero y aprecio muchisimo estuvieron manoleando por Cuenca. Ciudad totalmente vetada para mi.
Si, totalmente seguro que fue genial y hubo cabida para todo. Y ya hay quien me gana dos a uno. Yo no estuve, pero seguro que me hicieron un huequecito.
De todas maneras pronto estaré bicheando otra vez.
Me inhibiré y de paso haré un experimento.
Hasta me olvidare de quien te espera a la salida para cañear y quien te mensajea con pequeños guiños y a veces aspira tu aroma. (ese que a mi me encanta).
Yo solo puedo ser el caballero que protege en la distancia.
Reduciré mi nivel de alerta al mínimo e imaginaré que todo esta bien.
Y que todo el mundo está bien.
Caminaré descalzo por calles de guijarros.
Mis manos de alfarero moldearan imaginarios cuerpos al aire.
Venderé sueños a saldo.
Debo de volver a medir mis emociones y mis respuestas.
Y es que querer ser como el caballo de Atila tiene sus consecuencias.

martes, 10 de junio de 2008

Oporto

TENÍA TANTAS GANAS COMO MIEDO.

domingo, 8 de junio de 2008

Pantalon blanco, camiseta gris

Un día tal como hoy, hace ya mucho tiempo.
La verdad, es que como pasa el tiempo.




Pero creo que nunca lo olvidare.

viernes, 6 de junio de 2008

Granada

Mi padre me contaba que hay un dicho que dice, "no hay mayor desgracia que ser ciego en Granada".
Yo, con el permiso de su dueña, me he estado paseando por sus calles.
Llegamos tarde pero enseguida teníamos la primera tapita en la mesa.
El viaje fue pasado por agua pero tranquilo. Hablamos, debatimos, trasteamos, jugamos con las pelucas y nos sacamos alguna foto para empezar.

Lo dicho, una vez instalados, salimos a la caza de la primera tapa.
Hace bueno, de hecho lo hizo todo el finde, y hay ambiente de fiesta y de fin de semana en la ciudad.
Después de esta toma de contacto y aunque lo tenemos claro, organizamos lo que va a ser el resto del fin de semana.
Básicamente, hasta la hora del concierto, jartarnos de tapas en todos los bares que se nos pongan por delante y pasear por las calles.
Planificación que hemos cumplido al dedillo.
"Tres tintos de verano y una clara con blanca. De tapa una primera"
" Lo mismo y una segunda". "Lo mismo y una tercera".
"Vámonos a otro que están pintando".

Como una de mis migrañas siempre viaja conmigo, decide también sumarse a la fiesta y taladrarme durante bastantes horas. Así que, pirulas al canto y toalla fría con hielos en la cabeza. Unas diez horas mas tarde decide irse igual que vino y me permite salir a la calle. Cosa que me viene estupendamente. Un poco de aire y comer algo me despejan del todo.
Me reengancho con las chicas y seguimos con lo nuestro.

La ciudad, como siempre maravillosa. Pasear por sus calles es una delicia.
Toda la ciudad está impregnada de .....(tu sabes de que).
Disfrutamos de cada momento, de cada rincón por donde pasamos.
En la zona de las teterias decidimos darnos un homenaje antes de irnos al concierto.

Se acerca mi momento. Llegamos al concierto, nos acoplamos y pillamos algo de beber.
Me lo tomo con calma pero estoy espectante.
Empieza el espectáculo. En el centro del escenario, armado solo con una guitarra, Manolo se arranca y la locura se apodera de mi. A partir de ahí ya no paro.
Para cuando suena Insurrección a medio concierto aquello ya es un delirio y ya he perdido la voz, no paro de saltar y ni siquiera llevo la camiseta puesta.
Me va a dar algo. La migraña llama a mi puerta para recordarme que sigue por los alrededores y en cualquier momento le da por volver, pero yo no bajo el pistón.
Bueno, un poco sí.
Las chicas me miran como desparramo y hago miles de fotos con la cámara de Silvi.
Tras mas de dos horas y media, Manolo se despide con un "gracias, ser felices y salud para todos". Algo que me lo tomo a rajatabla. Porque estoy superfeliz. Me encuentro superagusto. Y este es mi momento. Siempre es mi gran momento, donde llevado por la anestesia del recuerdo tengo sitio para acordarme de algunas personas y de muchos recuerdos.
Como he dicho antes, de lo mejor es inspirar la ciudad hasta que nos rebose por los poros. Soñar con poder vivir alli, pero conformarnos con poder volver muy muy pronto.
Me encanta. Cada vez que voy, me enamoro de ti.