
Escribir desde este océano de arena es lo mismo que escribir desde lo más adentro.
Y en muchos momentos los pensamientos transformados en palabras se escurren y se pierden como la misma arena entre mis dedos.
Sonrío según sopla el viento. Y notas musicales me hacen viajar en espacio y tiempo.
Llegada la noche mis manos echan un pulso contra las de Morfeo, empeñado en boicotearme en esos instantes en que soy feliz porque soy gigante.
Para morir y resucitar cada mañana.
Donde la nostalgia de una melena me hace cosquillas, la cercanía de alguna fecha me atemoriza.
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